¿Voy a poder vivir sin ti?
Es una pregunta que nos hacemos antes de separarnos, durante el proceso y cuando decides divorciarte ¿voy a poder vivir sin ti? Aunque es un proceso doloroso, muchas veces no nos damos cuenta lo necesario que es para volver a recuperarnos, a ser nosotras de nuevo. Llevaba muchos años, muchos viviendo para los demás. No pensaba en mi, yo había dejado de existir y creía que eso era ser feliz. Cuidar a mi familia se convirtió en mi rutina, mi mundo, era todo lo que existía a mi alrededor y hubiera dado la vida por ellos, los amaba ciegamente. Ahora, después de muchos años en soledad, admito que estaba equivocada. Debí de vivir primero para mí y luego para ellos ¿porqué? Porque cuando valoras lo que eres la vida te hace ser mucho mejor persona desde tu esencia, desde tu ser interior, desde lo mejor que puedes dar porque te lo das a ti primero. Creemos que la vida se desarrollará de una manera, pero no! Los planes te los cambia la vida misma. Yo jamás pensé terminar mi vida sola, pero ahora me doy cuenta de que por dedicarme tanto a mis seres queridos la vida me dijo: no, así no es. La soledad es otra situación que asusta y mucho, pero la soledad es sabia. La soledad me ha enseñado a conocerme, a darme cuenta cuáles son mis necesidades para que mi vida, mis últimos años, sea lo que yo busco para vivir en paz. Yo creo que la paz es mucho más duradera que la felicidad. Tenemos momentos felices, pero la paz con la que transites los buenos y malos momentos, para mí, es lo más importante. Como quisiera que mis hijos supieran lo que sé yo ahora después de mis largos 60 años de vida. He pasado por mucho y eso me ha servido para crecer como ser humano. Todo lo que me ha ocurrido, cosas fuertes que algún día contaré, me ha servido para que mi alma evolucione y aprenda que en esta vida nada es como creemos y que hacer planes solo nos da tranquilidad a nosotros porque la vida te los cambia en un segundo. La vida me demostró que podía vivir sin ti y encontrar la paz, mi paz. Lo que te enseña la soledad es saber que las personas no nos pertenecen. Aceptar que tienen el libre albedrío de decidir tomar otro camino de vida es algo que nos aleja del sufrimiento y de pensar que no somos suficientes. Las personas cumplen un ciclo en nuestra vida y se van, o la vida los aleja. Es duro aceptarlo, pero pude y puedo vivir sin ti.
Comentarios
Publicar un comentario